"Del mito al logos" (Vom Mythos zum Logos) es el título de una obra del filólogo alemán Wilhelm Nestle, escrita en el año 1940. Con esta expresión el autor quería significar la transición entre el pensamiento mágico y el racional. Sin embargo, en pleno siglo XXI, los terrenos del mito siguen siendo demasiado amplios, a costa del logos. Aun entendiendo que la frontera que las delimita no es una gruesa línea recta, sino un trazado sinuoso y sorprendente, conviene no confundir estas dos naciones. Es lo que trataremos de hacer aquí. Bienvenidos.

domingo, 15 de noviembre de 2009

La ciencia en España: sobre carretas de bueyes en la Edad del Bronce



A principios de noviembre  tuvo lugar la presentación del libro El español: lengua para la ciencia y la tecnología, publicado por el Instituto Cervantes, tal y como se recoge en esta noticia del diario 'Público'. Una reseña más amplia del contenido de este libro puede verse en este enlace. El informe analiza la situación del idioma español desde diferentes perspectivas: su extensión actual, que hace que hoy por hoy sea la segunda lengua materna más hablada del planeta, detrás del chino (y, sí, por delante del inglés), su presencia en Internet medida por el número de páginas en castellano y su importancia cultural.

El informe constata también la desproporción entre la importancia cultural de nuestra lengua y su escasa presencia como lenguaje de comunicación científica. En la actualidad, sólo el 4,4 % de las revistas científicas especializadas se editan en este nuestro quijotesco idioma. Los autores del informe formulan diversas propuestas para mejorar esta situación, haciéndose eco del predominio casi absoluto del inglés como lengua vehicular de la ciencia, así como del sesgo que existe en favor de esta lengua en las mediciones de los índices de impacto de las revistas científicas, índices que cuantifican el número de citas y referencias entre autores.

Los números de la producción científica española (excluidas las ciencias sociales y las humanidades) se recogen de forma muy gráfica en el Informe COTEC 2009: en el gráfico 39 (página 49) aparece la evolución de la producción científica española en porcentaje sobre el total mundial entre los años 2000 y 2007. Se registra un incremento muy notable, tanto en términos porcentuales (del 2,5 % al 3,2 %) como en datos absolutos (desde unas 25000 publicaciones en 2000 hasta casi las 43000 en 2007). Asímismo, en las tablas 1.7 y 1.8 (página 267) del informe figuran los datos de la inversión española en I+D, tanto en miles de millones de  dólares (España triplica el gasto entre 1995 y 2006) cuanto en porcentaje sobre el PIB (que en nuestro país pasa del 0,79 % en 1995 al 1,20 % en 2006): en ambos casos, las cifras están muy lejos de las que corresponden a los tres grandes países de la Unión Europea (Alemania, Francia y Reino Unido), aunque se encuentran mucho más cercanas a las de Italia.

Una de las propuestas de los autores del informe reseñado al principio es la de que, para potenciar la presencia del español en la producción científica mundial, se debería incentivar la publicación de revistas especializadas en nuestra lengua. Además, en la presentación del informe se sugirió también que los científicos españoles deberían citarse más entre ellos ("estimulando el compañerismo", en palabras de la coautora del libro) para incrementar la relevancia de la ciencia española en este ámbito

Sin duda, muchas de las propuestas presentadas son razonables, y en concreto es muy interesante la que sugiere "la creación de un nuevo criterio de calidad multilingüe que, amparado por un organismo público internacional, esté desligado de un país y un idioma concreto y resulte más equitativo, reflejando la representatividad real de cada idioma en la ciencia". Sin embargo, no tengo tan claro que el incremento de la importancia de la ciencia producida en nuestro país tenga que pasar por incentivar la edición de nuevas revistas en español. Podemos inundar el mercado editorial de las publicaciones especializadas con todo en material que queramos escrito en nuestro idioma, pero cantidad no es calidad, y las aportaciones de esas nuevas revistas serían, me temo, insignificantes sin una buena infraestructura y una potente praxis científica de apoyo. Lo demás será sólo colocar la carreta delante de los bueyes.

En efecto, ¿cómo convencer a un equipo de científicos españoles de que no intenten publicar sus investigaciones en revistas de gran impacto -casi todas en inglés, claro- y que, en cambio, envíen los originales a publicaciones de nuevo cuño en nuestro idioma, y presumiblemente con escasa incidencia en el coliseo-ciencia? Por supuesto, existen excelentes revistas científicas editadas en español, pero la tendencia parece ser justamente la contraria al desiderátum de los autores del informe: en el gráfico 44 del Informe COTEC 2009 (página 51) se advierte que la producción científica española en revistas nacionales ha ido disminuyendo a galope tendido entre los años 2000 (algo más de 5600 publicaciones) y 2007 (unas 2700 artículos publicados, menos de la mitad que siete años atrás). Parece claro que el patriotismo editorial de los científicos españoles deja mucho que desear.

Por todo lo dicho, tiendo a pensar que algunas de las propuestas del informe son poco más que un brindis al Sol, y que están desconectadas de la auténtica realidad de la investigación científica en España. Ya comenté en otra entrada los recortes previstos en los Presupuestos Generales del Estado para las partidas destinadas a I+D durante el próximo año 2010, lo que crea un escenario poco propicio a las cosméticas lingüísticas y más orientado a las labores de supervivencia -o incluso hibernación- en la labor científica.

Aunque tal vez la supervivencia y la hibernación no sean, a fin de cuentas, opciones que quepa despreciar en un país que, en opinión del sarcástico editorialista de la revista Nature -esta sí, de altísimo impacto- se dirige hacia su particular Edad del Bronce.

Tal vez, al fin, nuestro país ha llegado a su propio Neolítico, tal y como en otra entrada de este blog deseábamos que ocurriera. Pero, ¿no hubiese sido mejor que esta llegada fuera un avance, y no un retroceso?

1 comentario:

  1. Muchas gracias por la información, María Fernanda. La difundiré en los medios que estén a mi alcance. Ojalá la producción científica iberoamericana alcance la importancia proporcional que tiene la aportación de estos países en otras áreas de la cultura.

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