¿Qué sería de nosotros sin los noticiarios de Intereconomía? La cadena del morlaco nos ha querido obsequiar con una muestra del más fino y sutil humor que imaginar quepa. En el vídeo que aparece en esta entrada se enumeran las razones que, según esta cadena de televisión, explican la poca eficacia de los preservativos en la lucha contra el SIDA en África.
En resumen, según Intereconomía, tres son las causas principales de la inutilidad del uso de la gomita a la hora de prevenir esta fatal infección: las lamentables condiciones climatológicas del continente africano -en el que predominan los ambientes húmedos y calurosos, en detrimento de las condiciones de conservación de los condones, que requieren lugares frescos y secos-, las lamentables condiciones de alfabetización de la gran mayoría de los africanos -lo que les impide leer las instrucciones de uso del adminículo de látex y derivados- y las lamentables condiciones de la manicura en los países africanos -lo que impide a sus gentes la correcta manipulación del profiláctico sin riesgo de desgarros.
Todo esto lo dicen en serio, completamente en serio. Y ante este deslumbrante análisis, me gustaría proponer algunas medidas que sin duda resultarán de utilidad:
Organizar el envío masivo de neveras, frigoríficos y desecadores industriales para lograr unas buenas condiciones de mantenimiento de los profilácticos de marras. A cambio, unas cuantas toneladas de mineral de coltán congoleño y ruandés, que tampoco tenemos por qué regalar nada a los negros del África tropical.
Habilitar a varios miles de monitores y monitoras para que expliquen a los africanos los rudimentos de la técnica de la cópula con goma y organicen grupos de prácticas. A estas alturas no les vamos a enseñar a leer, que eso no les vale para correr detrás de las liebres y los antílopes; unas buenas prácticas coitales -con evaluación final, por supuesto- son mucho más divertidas. A cambio, acceso libre a las pesquerías de Angola y Namibia, poco precio para lo bien que se lo van a pasar fornicando todo el día.
Por último, enviar un pequeño ejército de esteticistas para que, de una vez por todas, los africanos tengan las uñas que se merecen en las manos y los pies y no anden rajando condones sin descanso. Como prestación extra, nuestros negritos podrán elegir el color del esmalte. Además, a quienes rompan menos gomas con las uñas se les obsequiará con una muestra de champú, gel y perfume. ¿Con qué nos pueden pagar esta vez? Tal vez con una brigada de nigerianas jóvenes y guapas, para que nuestros puteros disfruten de un merecido solaz después de la jornada laboral.
En fin, no voy a perder el tiempo tratando de comentar lo incomentable. Dejo la respuesta en manos más competentes que las mías: ONUSIDA/UNAIDS, el programa de Naciones Unidas encargado de la lucha contra el SIDA, que resume la eficacia del preservativo en este artículo, y la revista The Lancet, que en este editorial comenta unas desafortunadas declaraciones de Benedicto XVI el pasado mes de marzo en relación con este mismo tema.
En resumen, según Intereconomía, tres son las causas principales de la inutilidad del uso de la gomita a la hora de prevenir esta fatal infección: las lamentables condiciones climatológicas del continente africano -en el que predominan los ambientes húmedos y calurosos, en detrimento de las condiciones de conservación de los condones, que requieren lugares frescos y secos-, las lamentables condiciones de alfabetización de la gran mayoría de los africanos -lo que les impide leer las instrucciones de uso del adminículo de látex y derivados- y las lamentables condiciones de la manicura en los países africanos -lo que impide a sus gentes la correcta manipulación del profiláctico sin riesgo de desgarros.
Todo esto lo dicen en serio, completamente en serio. Y ante este deslumbrante análisis, me gustaría proponer algunas medidas que sin duda resultarán de utilidad:
Organizar el envío masivo de neveras, frigoríficos y desecadores industriales para lograr unas buenas condiciones de mantenimiento de los profilácticos de marras. A cambio, unas cuantas toneladas de mineral de coltán congoleño y ruandés, que tampoco tenemos por qué regalar nada a los negros del África tropical.
Habilitar a varios miles de monitores y monitoras para que expliquen a los africanos los rudimentos de la técnica de la cópula con goma y organicen grupos de prácticas. A estas alturas no les vamos a enseñar a leer, que eso no les vale para correr detrás de las liebres y los antílopes; unas buenas prácticas coitales -con evaluación final, por supuesto- son mucho más divertidas. A cambio, acceso libre a las pesquerías de Angola y Namibia, poco precio para lo bien que se lo van a pasar fornicando todo el día.
Por último, enviar un pequeño ejército de esteticistas para que, de una vez por todas, los africanos tengan las uñas que se merecen en las manos y los pies y no anden rajando condones sin descanso. Como prestación extra, nuestros negritos podrán elegir el color del esmalte. Además, a quienes rompan menos gomas con las uñas se les obsequiará con una muestra de champú, gel y perfume. ¿Con qué nos pueden pagar esta vez? Tal vez con una brigada de nigerianas jóvenes y guapas, para que nuestros puteros disfruten de un merecido solaz después de la jornada laboral.
En fin, no voy a perder el tiempo tratando de comentar lo incomentable. Dejo la respuesta en manos más competentes que las mías: ONUSIDA/UNAIDS, el programa de Naciones Unidas encargado de la lucha contra el SIDA, que resume la eficacia del preservativo en este artículo, y la revista The Lancet, que en este editorial comenta unas desafortunadas declaraciones de Benedicto XVI el pasado mes de marzo en relación con este mismo tema.
Escolar llamaba a esa cadena de TV "maestros del humor involuntario". Y dio en el clavo de lleno.
ResponderEliminarNo soy analista clínica de esputos y heces, así que no me molestaré en analizar el vídeo de esa cadena televisiva. Las incoherencias intelectuales y cognitivas del neofranquismo confesional son tantas, que incluso alguien tan poco brillante como Bono puede desmontarles el chiringuito fácilmente: le basta con enseñar una foto de Pinochet comulgando en público para dejar en ridículo a todos los príncipes de la iglesia católica y a sus palanganeros. Si es fácil hacer eso con las amenazas de excomunión, imagínate con las ínfulas cientifistas de estos teófagos.
Les faltó el comentario de los comentarios. Los negros la tienen enorme y no hay condones de ese tamaño. Más científico imposible.
ResponderEliminarun enlace sobre las declaraciones de Benedicto XVI:
ResponderEliminarhttp://www.scriptor.org/2009/03/giuliano-ferrara-sobre-la-c%C3%ADnica-agresi%C3%B3n-internacional-a-benedicto-xvi-a-prop%C3%B3sito-del-sida-y-los-p.html
Y lo que dijo exactamente:
P. Santidad, entre los muchos males que afligen a África, destaca el de la difusión del sida. La postura de la Iglesia católica sobre el modo de luchar contra él a menudo no se considera realista ni eficaz. ¿Afrontará este tema durante el viaje? (Philippe Visseyrias de France 2).
R. Yo diría lo contrario: pienso que la realidad más eficiente, más presente en el frente de la lucha contra el sida es precisamente la Iglesia católica, con sus movimientos, con sus diversas realidades. Pienso en la Comunidad de San Egidio que hace mucho, visible e invisiblemente, en la lucha contra el sida, en los Camilos, en tantas otras cosas, en todas las religiosas que están al servicio de los enfermos... Diría que no se puede superar este problema del sida sólo con dinero, aunque éste sea necesario; pero si no hay alma, si los africanos no ayudan (comprometiendo la responsabilidad personal), no se puede solucionar este flagelo distribuyendo preservativos; al contrario, aumentan el problema. La solución sólo puede ser doble: la primera, una humanización de la sexualidad, es decir, una renovación espiritual y humana que conlleve una nueva forma de comportarse el uno con el otro; y la segunda, una verdadera amistad también y sobre todo con las personas que sufren; una disponibilidad, aun a costa de sacrificios, con renuncias personales, a estar con los que sufren. Éstos son los factores que ayudan y que traen progresos visibles.
Por tanto, yo diría que nuestras dos fuerzas son éstas: renovar al hombre interiormente, darle fuerza espiritual y humana para un comportamiento correcto con respecto a su propio cuerpo y al de los demás, y esa capacidad de sufrir con los que sufren, de permanecer presente en las situaciones de prueba. Me parece que ésta es la respuesta correcta, y la Iglesia hace esto; así da una contribución muy grande e importante. Damos las gracias a todos los que lo hacen.