"Del mito al logos" (Vom Mythos zum Logos) es el título de una obra del filólogo alemán Wilhelm Nestle, escrita en el año 1940. Con esta expresión el autor quería significar la transición entre el pensamiento mágico y el racional. Sin embargo, en pleno siglo XXI, los terrenos del mito siguen siendo demasiado amplios, a costa del logos. Aun entendiendo que la frontera que las delimita no es una gruesa línea recta, sino un trazado sinuoso y sorprendente, conviene no confundir estas dos naciones. Es lo que trataremos de hacer aquí. Bienvenidos.

martes, 29 de septiembre de 2009

Adversus homeopaticos

Y hablando de homeopatía, aquí dejo un comunicado del Aula Cultural de Divulgación Científica de la Universidad de la Laguna, que me ha pasado Ricardo Campo (creador del blog mihteriohdelasiensia), en el que denuncia la celebración de unas jornadas homeopáticas en Tenerife, organizadas por el Colegio Oficial de Médicos de Santa Cruz de Tenerife y tres sociedades homeopáticas y apoyadas, al menos en lo que hace al atrezzo, por la propia Presidencia del Gobierno de Canarias.

También podéis leer el comunicado en la estupenda página web del Círculo Escéptico.

Declaración frente a las jornadas de homeopatía de Tenerife

El Aula Cultural de Divulgación Científica de la Universidad de La Laguna (ACDC) ha tenido noticia, a través entre otros, de algunos carteles aparecidos en el tablón de anuncios de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Laguna, de la celebración de unas denominadas II Jornadas Científicas de Homeopatía. Dichas Jornadas se celebrarán nada menos que en el edificio de Presidencia del Gobierno de Canarias en Santa Cruz de Tenerife, los días 2 y 3 de octubre del año en curso. Está organizado por el Colegio Oficial de Médicos de Santa Cruz de Tenerife y tres sociedades homeopáticas; una de ámbito local (Asociación Médico-Homeopática de Santa Cruz de Tenerife), otra regional (Sociedad Canaria de Homeopatía) y una nacional (Asamblea Nacional de Homeopatía).

Como miembros de la comunidad universitaria, comprometidos con la divulgación de la Ciencia y la crítica a las pseudociencias deseamos manifestar a la sociedad tinerfeña y a la canaria lo siguiente:

  1. Nos sorprende la inclusión, en el título, de dos palabras contradictorias: "científica" y "homeopatía". La Homeopatía, como han puesto de manifiesto numerosos estudios, carece de cualquier base científica al no cumplir con ninguno de los requisitos que debe tener una disciplina para ser considerada como tal. La homeopatía es uno de los mejores ejemplos del efecto placebo ya que no existe ninguna evidencia que demuestre que con unas cantidades infinitesimales de producto (en el mejor de los casos) se puedan obtener los resultados que dice obtener. Supuestos conceptos como el de la "memoria del agua", la "dinamización", la "potenciación" o aquello de que "lo similar cura lo similar" no pueden ser tomados en serio a estas alturas del siglo XXI.
  2. También sorprende y preocupa que algunos licenciados y licenciadas en Medicina y Cirugía hayan olvidado tan fácilmente lo que durante años necesariamente les tuvieron que enseñar en las facultades en las que realizaron sus estudios, ya que la práctica homeopática y la de la medicina científica son incompatibles. Remitimos al interesado al editorial y al artículo de investigación de la revista The Lancet (“The end of homeopathy”. Lancet 2005; 366:690; Shang, A.; Huwiler-Müntener, K.; Nartey, L.; Jüni, P.; Dörig, S.; Sterne, J.A.C.; Pewsner, D. and Egger, M. "Are the clinical effects of homeopathy placebo effects? Comparative study of placebo-controlled trials of homeopathy and allopathy". Lancet 2005; 366:726-731) en los que se evalúa en los términos antes descritos la práctica homeopática.
  3. Sin embargo, no sorprende que en la organización de dicho evento aparezcan como colaboradoras varias empresas expendedoras de productos homeopáticos: es su negocio... Algo menos comprensible es que aparezca también como patrocinador la Obra Social de CajaCanarias. Pero lo que resulta inaceptable es que al lado de estas empresas aparezcan respaldando la reunión instituciones de carácter público y de indudable relevancia en nuestra comunidad autónoma como son el Gobierno de Canarias, el Parlamento de Canarias y el Cabildo Insular de Tenerife y que como organizadora se presente una institución como el Colegio Oficial de Médicos de Santa Cruz de Tenerife.

Desde el ACDC de la Universidad de La Laguna denunciamos la implicación de instituciones canarias en el fomento de actividades que carecen de fundamento científico y que pretenden dar credibilidad a unas prácticas supuestamente terapéuticas y repetidamente desacreditadas por la investigación científica; manifestamos nuestro desacuerdo en la utilización para este propósito de recursos públicos, siempre limitados y cuyo destino, por tanto, debe ser cuidadosamente elegido; y lamentamos profundamente que se apoyen estas iniciativas que contribuyen a la desinformación de la población pretendiendo lo imposible: legitimar lo que sólo es una pseudociencia.

Dr. Néstor Torres Darias

Director del Aula Cultural de Divulgación Científica de la Universidad de La Laguna
(http://www.divulgacioncientifica.org).

Un documental crítico sobre la homeopatía

Un documental muy entretenido -incluso dramatizado hasta el mejor suspense- sobre la homeopatía y su falta de base científica. El documental no cierra la discusión en torno a las técnicas homeopáticas, pero presenta con gran agilidad la secuencia de experimentos científicos desde los del laboratorio de Benveniste hasta los realizados -con el marchamo de casi definitivos- bajo los auspicios de la Royal Society. Aunque no aborda los aspectos comerciales ni crematísticos del negocio homeopático, este documental tiene el interés de presentar unos buenos ejemplos de metodología científica. Recomendable en grado sumo.

Y como postre, este estudio monográfico sobre la homeopatía de la Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico (ARP-SAPC).











lunes, 28 de septiembre de 2009

Una cita de Richard Lewontin

El mito del científico objetivo, altruista, consumido hasta la muerte por el fuego de la curiosidad, esclavo del deseo de conocer, es un mito que de alguna manera ha sobrevivido al cinismo de nuestro tiempo... La ciencia es una actividad competitiva y agresiva, la lucha de un hombre contra otro hombre, en la que el conocimiento es solamente un subproducto.

Richard Lewontin, genetista y biólogo evolutivo.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Sobre sapos parteros, biólogos suicidas, fraudes científicos y conflictos darwinistas



Otra vez traigo al blog una noticia científica leída en Público. En esta ocasión se trata de un caso bastante famoso en el mundillo de la biología evolucionista, el de Kammerer y sus sapos parteros.

Paul Kammerer, un biólogo autríaco aficionado a la música, las mujeres (fue un enamorado de la inevitable Alma Mahler) y los anfibios, desarrolló a principios del siglo XX una serie de experimentos con sapos parteros con el objetivo de demostrar la herencia de los caracteres adquiridos.

Los sapos parteros no fecundan a las hembras en el agua, sino en tierra, y por esta razón carecen en sus extremidades anteriores de unas formaciones llamadas 'guantes nupciales', que permiten a los machos de otras especies -de reproducción acuática- sujetar a las hembras en el agua durante la fecundación de los huevos. Lo que Kammerer hizo fue cambiar por presión selectiva las condiciones de fecundación de los sapos parteros; logró así que estos sapos fecundaran a las hembras en el agua. Al cabo de algunos años, nuestro biólogo demostró, al menos aparentemente, el desarrollo de los 'guantes nupciales' en machos descendientes de los especímenes originales: un gran tanto para los neolamarckistas, puesto que los experimentos parecían avalar la posibilidad de la herencia de caracteres adquiridos únicamente por presión selectiva del ambiente, sin la intervención de mutaciones u otro tipo de cambios genéticos, en contra de los postulados neodarwinistas.

Pero la historia no tuvo un final feliz: los 'guantes nupciales' del último ejemplar de sapo partero eran artefactos provocados por la inyección de tinta en la piel del animal. Kammerer acabó pegándose un tiro a las pocas semanas de haberse destapado el fraude, aunque parece ser que entre los motivos que impulsaron a este naturalista a quitarse la vida figuraban también algunos de naturaleza sentimental; en concreto, los desamores con la bailarina Grete Wiesenthal.

Entrañable, desde luego, Paul Kammerer. El caso es que hace pocas semanas ha aparecido en la revista Journal of Experimental Zoology un artículo (Did Paul Kammerer Discover Epigenetic Inheritance?) que sostiene que en realidad Kammerer no cometió fraude alguno, y que en verdad logró la demostración experimental de al menos un caso de transmisión hereditaria de caracteres adquiridos. El artículo relaciona los logros de Kammerer con una disciplina científica relativamente reciente, la epigenética, que estudia mecanismos de modificación química del ADN -en especial la metilación- ambientalmente mediados y transmisibles de generación en generación.

Aunque para el gran público la teoría de la evolución -salvo en Estados Unidos, Turquía e imagino que en algunos países árabes- se presenta como la portadora con voz única de una verdad irrebatible, sin embargo, en el seno de la biología evolucionista se asiste a una fuerte disputa en torno al darwinismo y el mecanismo de la selección natural como única -o principal-fuerza evolutiva. Ningún biólogo serio discute, por supuesto, el hecho evolutivo, pero en este "año Darwin" existen bastantes voces que discrepan de lo que ellas llaman 'dogma oficial' del evolucionismo, esto es, del neodarwinismo. El neodarwinismo postula un protagonismo casi excluyente de la selección natural en todos los fenómenos de la evolución biológica, en tanto sus detractores tachan esta postura de tautológica, cuasiexplicativa y reduccionista.

Creo que el choque de ambas posturas ilustra bastante bien la naturaleza histórica y conflictiva de la praxis científica. Un kuhniano típico (yo no lo soy) se estaría frotando las manos. Por eso, sería muy interesante un estudio epistemológico serio y 'en tiempo real' del perfil de desarrollo de esta disputa en torno al darwinismo: tal estudio podría ofrecer algunas claves sobre aspectos teóricos, metodológicos y sociológicos de la actividad científica no vinculados -por una vez, y loado sea Dios- sólo con la física.

Sería también interesante ilustrar este proceso conflictual a través de los fraudes científicos, reales o presuntos, y estudiar el papel que tales fraudes hayan podido tener en la configuración actual del cuerpo de conocimiento canónico que llamamos "ciencia". En este sentido, es recomendable un libro titulado Las mentiras de la ciencia, de Federico di Trocchio (editado en España por Alianza Editorial), una casuística amena y sin mayores pretensiones que recoge episodios notorios de fraudes científicos, desde los tiempos de Ptolomeo el geógrafo hasta la relatividad de Einstein y más allá.

Pero sobre este libro -con algunas afirmaciones más que discutibles- y sobre la cuestión del fraude científico intentaré hablar en una próxima entrada del blog.

Postdata primera: sigo leyendo el libro de di Trocchio y tengo que modificar mi impresión inicial. No se limita a una casuística de casos de fraude científico, sino que realiza un análisis interesante sobre las estructuras de financiación, valoración y sanción burocrática de los diferentes proyectos científicos, y explica la presencia del fraude justamente con base en tales estructuras de producción planificada del conocimiento.

Posdata segunda: aquí va el enlace a un artículo del diario 'El País' que trata sobre casos conocidos de fraude científico. A modo de aperitivo, resulta más que interesante.

lunes, 21 de septiembre de 2009

El dinosaurio-pollo: espectáculo, ética y mundo feliz en las investigaciones científicas

He leído en la edición online de Público una curiosa noticia científica, que el periódico titula como Frakenstein Rex. Al parecer, dos científicos, un estadounidense y un canadiense, pretenden manipular genéticamente embriones de pollo para convertirlos en adultos híbridos entre ave y dinosaurio, aprovechando la similitud genética y la proximidad filogenética entre ambos taxones. Con independencia de la mayor o menor certidumbre de los fundamentos biológicos de tal pretensión, la noticia, tal y como la desarrolla el periódico, ofrece algunas pautas para la reflexión sobre ciertas formas de hacer ciencia. Nombraré sólo tres.

En primer lugar, la noción de ciencia-espectáculo o experimentación-espectáculo. No voy a negar el interés potencial de los resultados de una reprogramación genética que permita convertir a un pollo en un dinosaurio; sin embargo, el planteamiento experimental tiene una indudable vertiente mediática (uno de los científicos participantes asesoró a Spielberg en la película Parque Jurásico) y unas pretensiones finales que, por fuerza, tienen que concitar la atención del público en general y de los científicos en particular (éstos, desde un escepticismo mayor).

Creo que estos tropos hacia lo espectacular son parte inherente de la forma de hacer ciencia hoy en día, y no me parece mal. En este sentido, recuerdo la meganoticia de la puesta en marcha del Gran Colisionador de Hadrones (LHC en inglés) y su objetivo de verificar experimentalmente la existencia de la famosa 'partícula de Dios' o bosón de Higgs. Pero, a fecha de hoy, ¿dónde está toda esa tensión informativa que acompañó al arranque del LHC? De hecho, este dispositivo sufrió una avería al poco tiempo, y, hasta donde sé, todavía no ha generado resultados particularmente noticiables.

Con todo esto sólo quiero poner en claro mi escepticismo ante un encuadre mediático de ciertas noticias científicas que, al final, terminan trivializándolas. Como contrapartida, la gran mayoría de los trabajos experimentales de un sinfín de equipos y laboratorios permanece en la sombra, aun cuando sus posibles resultados puedan llegar a ser más trascendentales para la ciencia que los derivados de estos experimentáculos (híbrido entre experimento y espectáculo).

En segundo lugar, el manido recurso de muchos científicos a los aspectos y consecuencias éticas de sus trabajos. Los científicos no están ni mejor ni peor capacitados que el resto de los mortales para evaluar las dimensiones éticas de su labor: de hecho, la práctica científica es esencialmente amoral (tal vez deba serlo), sobre todo en estos tiempos, en los que la 'producción de conocimiento' ha pasado de ser una expresión metafórica a la designación literal de una actividad económica e industrial. Una actividad cuya razón instrumental (perdón por usar el vocabulario de la Escuela de Frankfurt) está preorientada al logro de determinados resultados en los libros de cuentas de las grandes empresas farmacéuticas, biotecnológicas e informáticas, entre otras. Hablar de la dimensión ética del trabajo científico, en general, es como hablar del valor artístico del marco de "Las Meninas" dentro de una valoración estética de esta obra, o algo por el estilo.

En tercer lugar, la encantadora ingenuidad de los científicos cuando hablan de los previsibles efectos benéficos para 'la humanidad' -nada menos- de su trabajo experimental. Este, el de los futuros efectos beneficiosos, es un clásico en la exposición divulgativa y mediática de muchas investigaciones en ciencias naturales. Y aquí muchos hombres de ciencia parecen vivir (y tal vez sea así) en un mundo perfecto, armónico y linealmente ensamblado en el que los productos epistémicos de la labor científica se aplican, de forma automática y por parte de gobiernos y empresas con un alto sentido de la responsabilidad, a la mejora de las condiciones de vida de las clases y comunidades más pobres. En el experimento que comento, por ejemplo, se llega a afirmar que

(...) si el proyecto planteado por Horner pudiera hacerse realidad, las capacidades necesarias para construir un dinosaurio a partir de un pollo permitirían hacer caminar a los paralíticos o curar los defectos genéticos.

Estoy seguro de que más de un investigador, desde el campo de pruebas de su laboratorio, ha llegado a afirmar que la manipulación genética de semillas iba a favorecer un mayor rendimiento de las cosechas, algo que beneficiaría a los campesinos de los países más subdesarrollados, o que la investigación farmacológica sobre el virus del SIDA iba a producir vacunas que atenuarían la mortandad de esta enfermedad, sobre todo en África. Dos falsaciones popperianas a tales pretensiones: la estrategia de la empresa Monsanto para con los campesinos pobres y la extensión del SIDA en el continente negro.

Termino. No prejuzgo las intenciones ni los resultados finales del experimento del dinosaurio-pollo, ni afirmo que esté transido de oscuras intenciones de poderosos grupos económicos y financieros para montar un negocio de técnicas de regeneración biológica de brazos y piernas. Pienso sólo que la noticia presenta algunos rasgos típicos del perfil divulgativo y mediático que, a día de hoy, ejemplifica ciertos vicios de la ciencia industrial contemporánea.

Por lo demás, ojalá el experimento aporte conclusiones interesantes y, de aquí a unos años, podamos contemplar el surgimiento de dinopollerías y la aparición del sexador de pollosaurios en el catálogo de actividades laborales.

PS. Por cierto, se anuncian tiempos recios para la 'economía del conocimiento' en España por el recorte presupuestario previsto en I+D+i, como titula la edición online de El País. Y todo eso, a pesar del "cambio de modelo productivo" de la economía española que supuestamente está impulsano el presidente Rodríguez Zapatero.


viernes, 18 de septiembre de 2009

El primer movimiento de la sonata para piano de Henryk Górecki: el esplendor del serialismo

El compositor polaco Henryk Górecki es sobre todo conocido por su Tercera Sinfonía ('Sinfonía de las canciones dolientes' o 'Sinfonía de las lamentaciones'), una obra profundamente emotiva de minimalismo religioso En esta obra destaca el segundo movimento, un Lento e Largo inspirado en una oración garabateada por la joven Helena Wanda Błażusiakówna, encarcelada en 1944 en una celda de la prisión de la Gestapo en Zakopane, al sur de Polonia. La 'Sinfonía de las canciones dolientes' se inscribe en el llamado 'minimalismo sacro o religioso'.

Sin embargo, Górecki es uno de los grandes representantes del serialismo atonal de vanguardia y ha mantenido una continua relación musical con autores como Pierre Boulez y Karlheinz Stockhausen. Su evolución posterior hacia el minimalismo religioso (Górecki es profundamente católico) no hace sino resaltar la amplitud de sus registros.

Un buen ejemplo de la música serialista de Górecki, previa a su estapa sacro-minimalista, es este primer movimiento de su sonata para piano, una pieza espléndida con una secuencia enérgica y continuada que mantiene un ritmo constante, casi trepidante. Disfrutádla.




jueves, 17 de septiembre de 2009

La prostitución, la biología y la falacia naturalista

En un interesante artículo que he encontrado en la página web de 'Tercera Cultura', María Teresa Giménez Barbat plantea dos cuestiones de gran interés en relación con la prostitución.

En primer lugar afirma el carácter biológico último de esta práctica, desde una perspectiva naturalista: el esfuerzo reproductivo de las hembras (su 'inversión en la descendencia') es sin duda mayor que el de los machos, razón por la cual aquéllas tienden a mostrarse muy selectivas con éstos (no pueden quedarse con cualquiera, pues necesitan garantizar de forma fiable el futuro de su descendencia, que tantos esfuerzos le cuesta sacar adelante). De este modo, el sexo se convierte en un bien preciado y escaso, y las hembras pueden permitirse traficar con él: es la teoría de la inversión parental, de Robert Trivers. La prostitución no sería, de este modo, una práctica cultural, sino un comportamiento biológico en último término (aunque, por supuesto, mediado culturalmente en el caso de los seres humanos).

En segundo lugar, la autora sostiene -con buen criterio, entiendo- que el 'es' no implica el 'debe' (esta sería la falacia naturalista, mejor llamada problema del ser y el deber ser o 'guillotina de Hume') y que, por tanto, el carácter originariamente biológico de la prostitución no justifica su práctica ni mucho menos su regulación 'profesional'. Giménez Barbat rechaza la consideración de la prostitución como un oficio, pues se trata de una forma de explotación de la mujer por el hombre (y, en menor medida, del hombre por otros hombres).

La regulación de la prostitución es una cuestión polémica, y las propuestas que se cruzan sobre este particular pueden estar animadas, sin duda, por las mejores voluntades. Como ejemplo de argumento prorregulatorio -bastante flojo, en mi opinión- aquí tenéis un artículo de Javier Marías al respecto (he de decir que Marías es un magnífico escritor, pero un más que opinable sociólogo). Sin embargo, al menos uno de los argumentos en favor de la regulación de esta práctica descansa sobre la mentada falacia naturalista: puesto que la prostitución es una realidad inerradicable, debe ser entonces una realidad legalmente administrable. Puesto que existe, entonces debe existir.

No es el único argumento rebatible, pero pienso que es el más importante.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

La Cienciología como religión: el electrómetro contra el rosario

La cienciología es oficialmente una religión, en España, desde el 11 de octubre de 2007, a raíz de una resolución de la Audiencia Nacional contra una decisión anterior del Ministerio de Justicia. Este reconocimiento está resultando bastante más complicado en la vecina Francia, así como en otros países de nuestro entorno.

Todo este asunto del carácter sectario o puramente religioso de la cienciología plantea interesantes interrogantes acerca de la verdadera naturaleza de las creencias religiosas. Por supuesto, los fundamentos teológicos cienciológicos son disparatados -aunque el propio concepto de 'fundamento teológico' sea en sí mismo un oxímoron; sin embargo, tal vez la única diferencia con las creencias básicas de las llamadas 'grandes religiones' (zoroastrismo, judaísmo, cristianismo e islam entre otras) es que en éstas ha tenido lugar un proceso histórico de precipitado químico de narraciones originarias, conceptos, dogmas y preceptos éticos que, a la postre, han dotado a estos sistemas de cierta consistencia argumentativa, más que racional, y de una gran capacidad de penetración emocional. En definitiva, se trata de religiones históricas que han tenido tiempo sobrado de pulir sus perfiles y aristas hasta llegar a formar parte de nuestro paisaje cultural, de nuestra -diríamos- orografía existencial. La cienciología, por contraste, es más bien como el fast food de las creencias religiosas, a tenor de la personalidad de su fundador, Lafayette Ron Hubbard.

La cienciología sigue presentando perfiles muy abruptos en su trazado de dogmas y en su argumentario. Es difícil no asociar a este movimiento con una secta -la secta es algo así como el cigoto de toda religión futura- pero en esencia su armazón narrativo no es mucho peor que el de las religiones consagradas: tanto da que Moisés bajara del monte Sinaí con las tablas de la ley dictadas por Yahvé como que el gran Xenu poblara la tierra con miles de millones de almas provenientes de una extrana confederación galáctica. Al final, cada persona es libre de elegir las tonterías en las que está dispuesta a creer; tal actitud puede incluso tener efectos positivos en la vida de cada cual.

El problema viene cuando hablamos de la programación mental a la que, según parece, la sectas someten a sus adeptos. Pero ni siquiera este aspecto de la cuestión es, en principio, demasiado preocupante. En nuestro país, millones de personas están 'programadas' para convertirse en teófagos todos los domingos y fiestas de guardar, para besar tochos de madera esculpida y policromada, para considerar como personas a los óvulos fecundados, para adorar con devoción sin par ciertos restos orgánicos, normalmente de naturaleza ósea o para histerizarse al límite ante la presencia de un señor de edad provecta y vestido de blanco.

Así que ni los fundamentos teológicos ni la programación mental parecen establecer grandes diferencias entre la cienciología y sus 'hermanas mayores'. Es, quizás, sólo una cuestión de tamaño, tiempo y oportunidad. ¿Qué decir entonces de los fraudes y estafas en los que pudiera haber incurrido la iglesia cienciológica, por ejemplo, con ese curioso dispositivo llamado 'electrómetro' (¿medidor de ámbar, etimológicamente hablando?).

Vale, aquí parece que tenemos un criterio para discriminar entre 'sectas' y 'religiones'. Y, no obstante, ¿es tan distinto un electrómetro de un rosario, por ejemplo? ¿o de una estampita de la Virgen del Carmen? ¿o de una hostia consagrada? ¿o del agua bendita de la pila bautismal? Yo no lo tengo muy claro. Todas estas cosas obran como dispositivos, es decir, como objetos físicos que producen un supuesto efecto real en quien los utiliza o en su entorno vital, un efecto además dirigido y controlado. ¿Que el electrómetro cuesta dinero? Claro que sí, igual que los trajes y las fiestas de la primera comunión o los crucifijos de plata maciza, sin ir más lejos.

En definitiva, fundamentos doctrinales estrambóticos, procedimientos de programación mental y comisión de fraudes y estafas son señas de identidad que la cienciología comparte con el resto de las religiones que conforman nuestro paisaje. Y entre tanta orografía accidentada y abrupta, ¿qué más dará elevar otro montículo?

La panorámica ya la tenemos definitivamente arruinada.

martes, 15 de septiembre de 2009

Frente al laicismo disolvente, ¡Navarra siempre p'alante!

(Pulsar sobre la imagen para verla más grande)


Es sólo una noticia menor, sin ninguna relevancia social o política, pero a veces conviene detenerse en los significados profundos de este tipo de acontecimientos rutinarios. En este caso, un buen ejemplo de la separación Iglesia-Estado en la España del siglo XXI, o en la Navarra milenaria, más bien. El presidente del Gobierno de Navarra, Miguel Sanz, y el arzobispo de Pamplona, Francisco Pérez, en la ofrenda a Santa María la Real en la catedral de Pamplona. El texto de la agencia EFE dice lo siguiente:

El presidente del Gobierno de Navarra, Miguel Sanz (derecha), y el arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, Francisco Pérez González (centro), durante la ofrenda que ha tenido lugar en la catedral de Pamplona a Santa María la Real con la que se rememora la historia milenaria del Reyno de Navarra.

La noticia completa puede leerse en este enlace del Diario de Navarra.

Menos mal que soy de Pamplona y estoy acostumbrado a estas cosas. Sin embargo, tendemos a aceptarlas con demasiada naturalidad.

El pensamiento mítico, de nuevo, frente al pensamiento lógico.

El rock intelectual, científico o alternativo de "They Might Be Giants"

Acabo de descubrir en el blog evolucionarios.com el vídeo de una canción muy divertida que se llama "I am a Paleontologist", del grupo estadounidense They Might Be Giants (aquí está su página web). Según parece, se trata de una banda integrada por universitarios que practican algo así como un rock 'intelectual' o 'empollón', sobre todo por la temática de sus composiciones. Podríamos decir que interpretan un rock científico, algo ciertamente no muy usual.

Os dejo el vídeo de "I am a Paleontologist", que es muy gracioso.


domingo, 13 de septiembre de 2009

¿Dialéctica o matrioskas rusas?

El pasado 31 de julio, Carlo Frabetti, en su columna-blog 'El juego de la ciencia', defendía la utilidad y pertinencia del razonamiento dialéctico como herramienta intelectual privilegiada para el conocimiento y transformación del mundo ('La revolución dialéctica'). Hace dos días, el 11 de septiembre, en esa misma columna, Frabetti quiso poner un ejemplo concreto de aplicación del razonamiento dialéctico ('Semántica, semiótica y dialéctica'), que reproduzco aquí:

"La semiótica estudia los significados de los sistemas de signos en general; el lenguaje es un sistema de signos concreto, cuyos significados estudia la semántica; por lo tanto, la semántica es un caso particular de la semiótica, está contenida en ella. Pero este silogismo aparentemente impecable nos lleva a una curiosa paradoja. Pues la semiótica se formula mediante palabras, y por tanto es una de las innumerables construcciones lingüísticas cuyos significados estudia la semántica; consiguientemente, la semiótica está contenida en la semántica. ¿Qué fue antes, el huevo o la gallina?"

No soy un entusiasta del método dialéctico (hegeliano-marxiano) como forma de razonamiento científico. Creo que su mayor valor reside en su carácter metafórico (ya se sabe, el conocimiento como 'diálogo' con la naturaleza o como síntesis final entre la subjetividad del cognoscente y la objetividad de la realidad externa, y cosas así), pero no me parece que sea una forma habitual de razonamiento de las personas; creo que la mente humana funciona rutinariamente (en el ámbito científico tanto como en el común) con un esquema grosso modo lineal de causa-efecto.

Pero no me quiero detener en este punto. Tanto si uno es un firme defensor de la dialéctica como si es más bien un escéptico o un furibundo detractor de aquélla, pienso que el ejemplo elegido por Frabetti no es particularmente bueno. Él pretende convertir en paradoja -desde el punto de vista del pensamiento 'monoléctico' (como él lo llama)- algo que puede resolverse sin mayores problemas a partir de los metalenguajes de Tarski.

Es muy sencillo. Si tomamos la famosa paradoja del mentiroso o 'paradoja de Eubulides', reformulada de la siguiente manera,

Soy Eubulides y afirmo que estoy mintiendo


y empezamos a razonar, terminamos concluyendo que si Eubulides miente, entonces dice la verdad, y que si dice la verdad, entonces miente. El lógico polaco Alfred Tarski, en su teoría semántica de la verdad, abordó paradojas similares y las resolvió introduciendo el concepto de metalenguajes, es decir, lenguajes de distinto nivel referencial (un metalenguaje hace referencia a un lenguaje de nivel inferior que, a su vez, hace referencia a la realidad). De este modo, la paradoja anterior quedaría formulada de esta manera:

Soy Eubulides y afirmo: "estoy mintiendo".

Así, la afirmación de Eubulides se constituye en metalenguaje, puesto que hace referencia no a la realidad, sino a una proposición lingüística ("estoy mintiendo") que, esta sí, refiere directamente a la realidad. Podría decirse que el metalenguaje contiene dentro de sí al lenguaje, como una matrioska rusa contiene a otra. En este ejemplo sólo he utilizado dos niveles de lenguaje, pero podrían ponerse ejemplos de metalenguajes de un número indefinido de niveles hasta llegar al lenguaje 'primero'.

Pues bien, en el ejemplo presentado por Frabetti, la aparente paradoja que él plantea puede resolverse por un expediente similar al de los metalenguajes, como sería el de las definiciones. Sería cuestión de formular la definición inicial de 'semiótica' y, dentro de ella, la definición de 'semántica'. La cosa quedaría más o menos así:

La 'semiótica' es {el estudio de los significados de los sistemas de signos en general, una de cuyas especialidades es la 'semántica', que es [el estudio de los significados del sistema de signos lingüísticos en particular]}.

En este caso, las llaves {} representan el nivel del metalenguaje, que es el de la definición de 'semiótica', y los corchetes [] representan el nivel lingüístico inferior de la definición de 'semántica', definición que queda contenida en la de 'semiótica'. De modo que la semiótica y la semántica, a partir de sus definiciones, dejan de 'contenerse mutuamente como dos manos entrelazadas', tal y como Frabetti afirma. Más que dos manos entrelazadas, semiótica y semántica se asemejan a un modesto kit de matrioskas rusas, en las que una de ellas contiene a la otra sin la posibilidad de confusión a este respecto.

Eso es todo, creo.


Una disculpa que ha tardado 55 años en producirse

Por fin, el gobierno británico, por boca del primer ministro Gordon Brown, ha pedido oficialmente disculpas por el trato que anteriores gobiernos de Su Majestad dispensaron al científico Alan Turing (véanse más detalles en la entrada de este mismo blog). Downing Street ha emitido un comunicado oficial al respecto (puede verse aquí), tal y como recoge el diario Público en esta noticia.

Alan Turing murió en 1954, dos años después de haber sido obligado a someterse a un proceso de castración química por su condición de homosexual, y pese a los impagables servicios que prestó a su país durante la Segunda Guerra Mundial en tareas de descodificación de los mensajes secretos del ejército alemán; todo esto, además, sin tener en cuenta sus aportaciones en el campo de la computación y el desarrollo de las teorías sobre la inteligencia artificial, unas aportaciones difíciles de sobreestimar a día de hoy.

Dos años de infierno personal y cincuenta y cinco años de espera hasta la declaración oficial de disculpas por parte del gobierno británico. Era de imaginar que no se iba a tardar tanto como con Galileo -son épocas históricas distintas y, sobre todo, el gobierno británico no es la iglesia católica-, pero más de medio siglo de retraso se me antoja un tiempo excesivo para reconocer la comisión de una injusticia que tuvo consecuencias verdaderamente trágicas.

Por cierto, ¿ha pedido el gobierno ruso alguna vez disculpas por el 'caso Vavílov'?


viernes, 11 de septiembre de 2009

Folleto informativo sobre evolución y creacionismo

Os adjunto en el enlace de abajo un interesante folleto sobre ciencia, evolución y creacionismo de la National Academy of Sciences de Estados Unidos, y editado en España por la Sociedad Española de Biología Evolutiva. En muy pocas páginas, y de forma gráfica, se exponen las pruebas y fundamentos de la evolución biológica y las críticas principales contra la doctrina del creacionismo (ahora llamada 'del diseño inteligente').

Merece la pena que lo leáis.

Folleto sobre ciencia, evolución y creacionismo

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Una introducción a Kant en cinco minutos (ideal para no hablar sobre el tiempo en el ascensor)

He encontrado en la red este simpático vídeo de introducción a Kant. Realmente no dice gran cosa, se limita a situar al pensador alemán en la época histórica de la Ilustración y resume su aportación filosófica en poco más de un minuto. Sin embargo, es un trabajo de gran utilidad, porque, a ver, ¿a quién no le ha dado por hablar de Kant alguna vez con un vecino en el ascensor? o ¿a qué poligonero no le han entrado en algún momento inquietudes filosóficas antes de empastillarse (o incluso después)?

Para eso está Kant, para resolver estas y otras situaciones. Y es que Marx ya está pasado de moda, aunque tuvo su aquel en los sesenta (en Europa) y los setenta (en España).

Que lo disfrutéis.

martes, 8 de septiembre de 2009

Grandes religiones del mundo: el Pastafarismo.


El pastafarismo es una religión de muy nuevo cuño, cuyos principios doctrinales no están aún establecidos del todo. En este enlace podréis ver una entrevista a Bob Henderson, fundador de este movimiento religioso -un nombre quizás poco cool para un profeta, pero al menos fácil de recordar- que explica las circunstancias de la revelación y el ideario básico de la doctrina pastafari, cuya divinidad suprema tiene la forma de un plato volador de espaghetis con albóndigas. Sí, así de curioso.

Entrevista a Bob Henderson, fundador del pastafarismo

lunes, 7 de septiembre de 2009

"Reina el caos" ('Antichrist', de Lars von Trier)

Me ha gustado -por emplear alguna expresión- la película Antichrist, de Lars von Trier, sobre todo porque me ha obligado a pensar en ella después de haberla visto. La contemplo como una obra que requiere una reflexión posterior para que la experiencia que genera sea completa. Ver esta película es sólo la primera parte del proceso de recepción de sus contenidos. Y me gustan las obras que generan en mí esta necesidad.

No tengo claro si se trata de un drama psicológico, de una obra de simbolismos religiosos y filosóficos o de una película de terror. Creo que admite varias lecturas en términos de ejes cruzados antitéticos: sobre todo, la tensión entre la culpa y el dolor o el desconsuelo, el binomio hostil entre lo racional y lo irracional e incluso la polaridad enfrentada de lo masculino con lo femenino.

Todos estos vectores de enfrentamientro son muy interesantes, pero el que más me ha llamado la atención, al menos en un primer momento, es el enfrentamiento entre el 'pathos' racional y el irracional. Ambas actitudes atraviesan toda la obra y generan un muy interesante semillero de reflexiones: ¿debemos -y podemos- combatir con los pertrechos del racionalismo los procesos emocionales generados por situaciones de gran dolor? o bien ¿son las actitudes racionalistas parte de nuestra esencia humana, o tan sólo son simples artefactos de supervivencia ante un mundo incomprensible y ajeno?

Lars von Trier aborda estas y otras cuestiones desde sus propias ansiedades, y seguramente sin pretender una formulación de los contenidos de su película en términos tan filosóficos como los anteriores. Acompaña la narración con un despliegue poderoso de escenarios visuales que tensan todas las secuencias con tonalidades sórdidas y barrocas, y esta presentación forma parte de la violenta intencionalidad del director.

Uno puede quedarse a discutir sobre aspectos diversos de la película: antropológicos, filosóficos, religiosos o incluso estéticos. Todos ellos forman parte de un paisaje existencial que von Trier ofrece a quienes quieran tomarlo e interpretarlo. Creo que es estupendo que haya autores -aun cuando se hayan calificado como enfants terribles - cuyas creaciones tengan todavía este potencial sugestivo. Así, el cine recupera su condición tridimensional -el plano bidimensional de la pantalla y la dimensión adicional que cada cual quiera añadirle al apagarse el proyector- algo que, hoy por hoy, no resulta fácil encontrar.

No sé si Antichrist es una obra maestra, ni sé si lo llegará a ser algún día, pero es al menos una creación capaz de generar inquietudes confusas en quien esté dispuesto a enfrentarlas.

Yo recomiendo esta película, pero no puedo asegurar que vaya a gustar a quien la vea.

Aquí está el trailer en castellano.



Alan Turing, un científico genial que se peinaba a raya y era homosexual

Alan Turing fue, sin temor a exagerar, un genio: se le considera el padre de la computación moderna. Sus aportaciones al desarrollo de la inteligencia artificial son indiscutibles. Durante la Segunda Guerra Mundial, y junto con algunos notables lógicos y matemáticos polacos exiliados en Gran Bretaña, fue capaz de descifrar los códigos del hasta entonces impenetrable sistema 'Enigma', que codificaba la información secreta circulante entre las líneas del ejército alemán.

Cuando terminó la contienda, al salir a la luz accidentalmente la homosexualidad de Turing, el gobierno británico pagó sus servicios con la castración química, condenándole a un tratamiento hormonal por inyección de estrógenos. Esto le ocasionó la aparición de pechos y un aumento considerable de peso. Al cabo de dos años, Turing se suicidó, aunque las circunstancias de su muerte son aún confusas.

Por suerte, hoy estamos dispuestos a admitir que la orientación sexual de Turing tiene la misma importancia que el hecho de que se peinara a raya y no con flequillo. Por esta razón, el infalible e infatigable Richard Dawkins, azote de curas, rabinos y ayatolás, está promoviendo una recogida de firmas entre los ciudadanos británicos para exigir del gobierno de Su Majestad una disculpa oficial por el trato que el científico recibió en vida.

Ya veremos, pero en todo caso cabe esperar que los reflejos de Gordon Brown y su equipo sean algo más rápidos que los de la Iglesia Católica en el caso Galileo, aunque con la pérfida Albión nunca se sabe.

Aquí tenéis el enlace a la noticia.

Público.es - Disculpas para honrar la memoria de Alan Turing

Un perfil más completo de Alan Turing se puede encontrar en la Wikipedia, cómo no.

Alan Turing - Wikipedia, la enciclopedia libre

domingo, 6 de septiembre de 2009

Si Dios existe, es que no existe (o algo así)

Una mordaz y paradójica aplicación del razonamiento lógico conocido como modus tollens (la negación del consecuente conduce a la negación del antecedente):

Si Dios existe, entonces su existencia es científicamente indemostrable.

Es así que la existencia de Dios es científicamente demostrable (es decir, no es científicamente indemostrable).

Ergo, Dios no existe.

Conclusión lógica: si la existencia de Dios es científicamente demostrable, entonces Dios no existe.
Conclusión epistemológica: las demostraciones científicas siempre terminan por arruinarlo todo.
Conclusión teológica: "virgencita, virgencita, que me quede como estoy".

Una cita de Patricia Churchland

Muchas personas suponen que mediante la pura contemplación de un problema pueden decir si este es difícil o fácil. Esto es un autoengaño, y, por lo general, un autoengaño producto del orgullo, lo que lo hace aún peor.

Patricia Churchland, filósofa de la mente, hablando sobre el problema de la conciencia.

Una sonda india fotografió las huellas que demuestran la presencia de los estadounidenses en la Luna en 1971. Artículo de 'Público'.

A vueltas con el bulo lunar (que si la presencia del hombre en la Luna fue un montaje de los "americanos", y cosas por el estilo) en este artículo de 'Público'. (Público.es - Una sonda india fotografió las huellas que demuestran la presencia de los estadounidenses en la Luna en 1971) ¿De verdad hace falta que una sonda lunar india fotografíe las huellas dejadas por el vehículo lunar en la expedición del Apolo XV, en 1971, para demostrar que el hombre pisó nuestro satélite? ¿Estábamos esperando tal "demostración"? ¿No es suficiente con los miles de testigos directos e indirectos -los propios astronautas y los técnicos en tierra, entre otros- los registros visuales e informáticos y las muestras lunares recogidas? ¿realmente es este el enfoque que hay que dar a esta noticia, una noticia puramente científica transformada en la contrademostración de un bulo absurdo? Y ojo al titular de la noticia en la página principal de la web del diario 'Público' ("Si el Hombre no pisó la Luna en 1969... sí lo hizo en 1971").

Quien tenga interés en los argumentos esgrimidos por los negacionistas y las refutaciones de tales argumentos, aquí tiene un enlace a una de las entradas del magnífico blog "Magonia", de Luis Alfonso Gámez.

Pruebas lunares « magonia « Blogs El Correo Digital



sábado, 5 de septiembre de 2009

¿Sanidad pública o privada? Artículo del profesor Vicenç Navarro

En este artículo, aparecido en el periódico 'Público', el profesor Navarro desmonta un topos habitualmente ocupado por el pensamiento mítico: el de la mayor calidad y eficacia de la sanidad privada respecto de la sanidad pública. Para leer el artículo podéis pinchar este enlace:

¿Sanidad pública o privada?

'Adagio' del primer concierto para violín y orquesta de Max Bruch

El concierto número 1 para violín y orquesta de Max Bruch pasa por ser uno de los cuatro grandes conciertos de violín del siglo XIX, junto con los de Beethoven, Mendelssohn y Brahms. Aquí os presento el segundo movimiento, un 'Adagio' magnífico, interpretado majestuosamente por Itzhak Perlman y la Orquesta Sinfónica de Tokio, en una grabación de 1991.

Que lo disfrutéis.



A modo de presentación: los espacios usurpados por el pensamiento mítico

Transitar del mito al logos no es algo que hayan hecho, de una vez por todas, los filósofos jonios en el sexto siglo antes de Cristo. La historia de la filosofía no es la de un desenvolvimiento más o menos tortuoso del pensamiento -à la Hegel- a partir de una iluminación inicial y definitiva; es más bien la historia de un viaje sin brújula a través de terrenos escabrosos y a veces espesos, un viaje bajo las continuas acechanzas de viejas nostalgias que le hacen a uno dar la vuelta en más ocasiones de las convenientes.

Yo quiero pensar que, pese a todo, el itinerario global conduce a alguna parte. Tal vez seamos nosotros quienes fabricamos el horizonte mientras caminamos hacia él. No lo sé. Lo que sí sé es que el viejo sueño ilustrado de la historia como progreso no encaja con la realidad tal y como la percibimos en este siglo XXI. Los enciclopedistas franceses estaban equivocados, al igual que lo estaban Feuerbach, Marx e incluso Comte. ¿Habrá resultado vencedor, muy a su pesar, el existencialismo sartriano o la desesperanzada Escuela de Frankfurt? Tampoco lo sé.

En la aurora del tercer milenio -perdón por la expresión- los territorios del mito siguen siendo demasiado amplios, frente a un solar del logos crecientemente acotado. Me estremece observar que en pleno siglo XXI haya personas que continúen inmolándose por Alá (y es que no saben que al hacerlo pierden lo único que tienen y tendrán por toda la eternidad: su propia vida), o que en gran parte de nuestro planeta las mujeres tengan que cubrirse con burkas y chadores por mor de un salvajismo religioso que ni la persona más panglosiana podrá jamás justificar.

Pero también me estremece que en el país supuestamente más desarrollado del mundo casi la mitad de su población crea a pies juntillas que el universo fue creado hace seis mil años y que el Homo sapiens convivió con triceratops y estegosaurios, en una muestra igualmente impactante de salvajismo intelectual; también resulta aterradora la obsesión de ciertas creencias religiosas por la mortificación corporal gratuita o por la colección de viejos huesos y restos pútridos, que otros llaman "reliquias". Que una paloma fecundara a una virgen y que ésta lo siguiera siendo aun después de dar a luz puede resultar hasta gracioso, si no fuera por las pretensiones de racionalidad que los creyentes en tales delirios tratan de hacer valer, a veces con gran éxito.

Todos estos, y muchos más, son terrenos que el mito ha usurpado al logos -o tal vez no, tal vez el mito siempre ha ocupado estos lugares, y es culpa del logos el no haberse hecho valer- y que deben ser recuperados -o conquistados- para la causa de lo racional. Sin embargo, no debemos renunciar al mito; tan sólo debemos resituarlo en el lugar que le corresponde en la estructura del ser humano. Y este lugar es muy importante.

Poéticamente habita el hombre, escribió Heidegger, aunque él se refería a la poiesis griega, es decir, al hacer práctico y técnico del ser humano como forma de su existencia; tomémonos cierta libertad interpretativa sobre esta frase y concluiremos que, en efecto, el terreno de la poesía (el arte, la música, la literatura, la celebración, el baile, el teatro y muchas otras actividades) es el habitáculo de nuestra existencia, y esto forma parte del mito. ¿Quién podría renunciar a él (salvo, tal vez, algunos filósofos analíticos)? Aquí, el logos sólo es un instrumento para la excelencia del producto mítico (como las técnicas formales musicales en la composición de un cuarteto de cuerda o el conocimiento de la sintaxis y la gramática en la redacción de un cuento, por ejemplo). No se puede, no se debe, renunciar al mito como constituyente básico de nuestra naturaleza: ¿qué nos quedaría entonces, salvo el recurso a una razón autómata?

Sin embargo, acotar el terreno del mito es, hoy por hoy, un imperativo categórico. Tenemos que rendir aquellos recintos en los que el pensamiento mítico todavía se encuentra indebidamente atrincherado ¡y son tantos! El mito es astuto y travestido: lo que antes se llamaba "creación" hoy se ha bautizado como "diseño inteligente", lo que ayer eran "tendencias innatas de los organismos" hoy son "campos morfogenéticos", lo que antaño se conocía como "sanación por las manos" hoy responde al nombre de "tratamientos homeopáticos". An so on.

En este blog intentaré, con toda la modestia de la que soy capaz (que es mucha), desvelar algunos lugares por los que todavía transita el mito, en formas a veces insospechadas. No lo haré yo, por lo general: en cambio, trataré de resaltar aquellas aportaciones de quienes saben mucho más que quien esto firma. El mito puede esconderse -es astuto- en noticias de índole científica, social, cultural, pero también en la política y en la economía, e incluso en las noticias deportivas. Intentaré presentar tales aportaciones siempre en función de mi propio e imperfecto criterio (el único que tengo, me temo), pero estaré atento a cualquier comentario o reconvención razonada que me haga ver el error de mi punto de vista en un momento determinado.

Al mismo tiempo, dejaré al mito el espacio que creo se merece; y que es mucho, como antes apuntaba. También lo haré en forma de aportaciones externas: música, recensiones literarias o artísticas en general, poesía y similares.

Nadie debe preocuparse. Mis propias intervenciones en el blog serán muy ocasionales y, desde luego, no tendrán la longitud de esta inicial. Entiendo que no soy lo suficientemente interesante como para concitar la lectura voraz de quienes se aproximen a esta bitácora; espero que se me pueda disculpar lo prolijo de esta primera entrada, que es a fin de cuentas una declaración de intenciones.

Y ya se sabe que cuando alguien hace una declaración, tiende a ponerse muy serio y bastante pomposo.

No os distraigo más. Un saludo muy cordial, y nos vamos viendo por aquí.